lunes, 24 de octubre de 2011

Soy de Acero…..


Cierto día escuche la historia de un herrero, que después de una juventud llena de excesos, decidió entregar su alma a Dios.

Durante muchos años trabajo con ahínco, practico la caridad, pero, a pesar de toda su dedicación, nada parecía andar bien en su vida, muy por el contrario sus problemas y sus deudas se acumulaban día a día. Una hermosa tarde, un amigo que lo visitaba, y que sentía compasión por su difícil situación, le comento:  “Realmente es muy extraño que justamente después de haber decidido volverte un hombre temeroso de Dios, tu vida haya comenzado a empeorar. No deseo debilitar tu fe, pero a pesar de tus creencias en el mundo espiritual, nada ha mejorado”. El herrero no respondió enseguida, el ya había pensado en eso muchas veces, sin entender lo que acontecía con su vida, sin embargo, como no deseaba dejar al amigo sin respuesta, comenzó a hablar, y termino por encontrar la explicación que buscaba.

He aquí lo que dijo el herrero:……… En este taller yo recibo el acero aun sin trabajar, debo transformarlo en espadas. ¿Sabes tu como se hace esto?.... Primero, caliento la chapa de acero a un calor infernal, hasta que se pone al rojo vivo, enseguida, sin ninguna piedad, tomo el martillo mas pesado y le aplico varios golpes, hasta que la pieza adquiere la forma deseada. Luego la sumerjo en un balde de agua fria, y el taller entero se llena con el ruido y el vapor, porque la pieza estalla y grita a causa del violento cambio de temperatura. Tengo que repetir este proceso hasta obtener la espada perfecta, una sola vez no es suficiente.

El herrero hizo una larga pausa, y siguió: “A veces, el acero que llega a mis manos no logra soportar este tratamiento. El calor, los martillazos y el agua fría terminan por llenarlo de rajaduras, en ese momento, me doy cuenta de que jamás se transformara en una buena hoja de espada y entonces, simplemente lo dejo en la montana de fierro viejo que ves en la entrada de mi herrería……. Hizo otra pausa mas, y el herrero termino: “Se que Dios me esta colocando en el fuego de las aflicciones, Acepto los martillazos que la vida me da, y a veces me siento tan frío e insensible como el agua que hace sufrir al acero.

Muchas veces las personas nos encontramos con una serie de barreras que creemos  obstáculos, pero en realidad no es así, es solo la forma del Señor moldear el Acero que llevamos dentro para terminar siendo una buena espada….en la vida siempre sentiremos el calor infernal  y luego nos caerá el balde de agua fría, y eso para luego recibir los duros martillazos que nos da la vida pero al final la decisión esta en nuestro corazones en lo que queremos de la vida, en lo que esperamos del Señor, la decisión es tuya tienes el libre albedrío de decidir si te quieres dejar moldear o si quieres estar en la montana de fierro viejo…….yo en particular la única cosa que pienso es: Dios mío, no desistas, hasta que yo consiga tomar la forma que Tu esperas de mi. Inténtalo de la manera que te parezca mejor, por el tiempo que quieras pero nunca me pongas en la montana de fierro viejo de las almas. Para que un día yo también pueda decir que,

“He peleado una buena Batalla,
He acabado la carrera,
He guardado la Fe”
2Timoteo 4:7

Besos,
Cenny L. 

1 comentario:

Yaneris Abreu dijo...

Buen artículo. me ha encantado ya que como dice la historia, para transformarnos debemos pasar muchas pruebas y obstáculo que serán los que nos moldearan para llegar hacer la persona que Dios tiene diseñada; en éste caso era el proceso que debía pasar el hierro para convertirse en espada. En nuestro caso éste proceso está dictado en cada una de las pruebas que tenemos que atravesar para cumplir nuestro propósito aquí en la tierra..

felicidades! Sigue publicando artículo constructivo como estos, ya que dejan gran enseñanza y dan aliento a los que se encuentran sin esperanza. :-)